Podemos hablar de la captura de la luz como principio técnico, fundamental en fotografía, pero también como objetivo conceptual tanto en ésta como en otras artes. Lo último, en el caso de Courtney Allen.
Su premisa es clara y sencilla, la interpretación actitudinal de su obra, también: la mirada de la autora es, sin duda, esperanzada y esperanzadora. A fin de cuentas, ¿qué más podría alumbrar la luz, sino posibilidades de ver más allá y, de este modo, evadir el fin —por pretencioso que pudiera parecer—, tanto de la muerte como, en general, del tiempo y del espacio?
Cada imagen suya nos recuerda que la fotografía, tan a menudo vinculada con la detención del tiempo, ha de ser entendida, sobre todo, como un medio de abstracción de su medida. El momento capturado, más que dilatarse, nos abstrae del curso de los sucesos, nos permite una fuga de él, no hacia, sino en la contemplación. Plenitud contra sentido. Y a partir de lo cotidiano.
Apartada de idealismos, material también en la esperanza —en lo que radica su principal aporte—, Courtney se pliega en esta dialéctica a una vieja tradición. Y es que la contemplación en la que actúa la memoria espontáneamente y se apela a la cinestesia para una suerte de saudade, es algo a lo que han apelado no sólo otros artistas plásticos, de Vermeer a los más actuales, sino, además, otros artistas en otros ámbitos, el más famoso de ellos, Proust (no en vano, admirador de Vermeer y la interpretación historicista de Ruskin).
Ocurre que aquí, gracias a un sutil juego de técnicas de composición, enfoque, uso del color, contrastes y saturación, entre otras —que hace ver fáciles—, consigue evadir el lugar común del encanto de la captura debida a la iluminación, para trasladarnos a un plano en que ésta opera, no sólo física, sino también metafóricamente, pero para volvernos una y otra vez a la medida del cuerpo, al marco de los hechos, a los límites del cálculo racional, y sin forzar.
Notable…
[Todas las imágenes, obtenidas de la página oficial del artista: Recent – Courtney Allen]