EN LA SALA DE EXPOSICIÓN - 6

El trazo — familiar, 424, la dirección, y debajo, Buzón, también en blanco, sobre la ranura que él mismo cortó demorando lo suyo, tan dura era la madera, como de andamio, decía, y ahora aquí, al tacto, lisa de tanta pintura, capas y más capas, contra el sol y la intemperie, de sombras tan hondas, ahora mismo tibia, aquí, aquí, empatada de calor conmigo, mis palmas…, de modo que así podré contárselo, efectivamente: Prácticamente igual, papá, aunque sólo por fuera; habrá que ver después; toca abrir, entrar, ver qué sigue en pie, y cómo —

La primera mañana, fue nublada, y ver en torno la casona vieja, habilitada apenas para los inquilinos, nosotros además de los otros, en secciones separadas, fronteras de pintura a medio muro, todo alrededor, compartiendo un patio común de tierra ennegrecida, pasta repelente para los juegos, con mi hermana menor, buscando dónde sí era posible, entre las cajas, las bolsas, todas nuestras pertenencias así trasladadas de allá donde hubimos vivido primero, acá, donde sus reflejos, entonces cobraron nueva vida — por el contraste, pues era todo tan ordenado, sencillo, pero armónico, como seguramente llegaría a ser aquí, me decía, de algún modo, pero no de momento, que ni había gras ni arbustos ni una enredadera ni una puerta abierta siempre, para entrar y salir con el triciclo de fierro, ni siquiera —

Y los perros, — silencio, como era de esperarse, ya ninguno, y todo se ve ahora tan pequeño —

La primera vez, aquélla — te lavas las manos en el lavabo de piedra — agua helada, salpica en la pieza pulida, un solo bloque, baila bajo el caño de cuello plata, apenas lo rozas con el cuerpo, y eso que eres pequeño; tú mejor no te acerques, le dices a tu hermana; juntas para ella agua en un balde de plástico, mientras la chica que los cuida, menos de dieciséis años, Brígida, que ayuda en todo a mamá a cambio del alojamiento, más: de un hogar, y del pago de sus estudios, los ve de lejos, atenta, postergando por momentos, sin duda, sus prioridades, y yo ya lo sé: líos de la escuela nocturna, que si la elegirán o no señorita de la primavera, lo que finalmente ocurrió, por cierto, y entonces celebramos, pero ¿ella los quiere?; algo; luego, con el recuerdo, tras perder al hijo que le hicieron y por el que abandonó ése, su primer trabajo, entonces revivirá el vínculo de un modo distinto, enaltecido; ah, inocencia… —

Juntos, los perros, abrigándose unos a otros, unidos, la vida entera, sin pensar siquiera en la paradoja del término, simplemente asombro, asombro — mineral, palpitante, una afirmación —

Alza el labio, el calor de sus mejillas el carbón de sus ojos, el niño — canta al son de la risa de la más pequeña, su hermana — mientras las noticias son eso apenas, lo que son; pero… entonces…